10.2.06

 

GOOGLE…¿UN IMPERIO?

Notas de reflexión del Instituto Libertad y Progreso (ILP)

(Febrero 7 - Febrero 14/2006)

* GOOGLE…¿UN IMPERIO? I: el informe que publica ayer el diario EL TIEMPO sobre Google, la empresa de Internet, está lamentablemente contaminado de un cierto esnobismo, muy propio del abordaje que de los temas empresariales tienen algunos periodistas (“El imperio del siglo XXI", dic. 6). Este esnobismo consiste en tratar el tema del éxito empresarial como si, detrás de cada historia de buen desempeño de una empresa, existiera algo malo, tramposo, perjudicial o malintencionado. En el caso de Google, dado que es imposible cuestionar la forma como esta fabulosa empresa ha alcanzado el éxito, los redactores del artículo recurren a calificarla como un “imperio”, y aseguran que “nadie sabe hasta dónde llegará su poder”. ¿Imperio’; ¿poder? Tal vez los redactores del artículo no se percatan del significado que tienen ambas palabras. Y sería bueno preguntarles: ¿de qué manera el imperio de Google ejerce “poder” sobre ellos?; ¿acaso los obliga a usar su motor de búsqueda, o su correo electrónico?; ¿acaso maneja de alguna forma sus vidas, o decide sobre sus posesiones o sobre su libertad? Que lástima haber desperdiciado así tan emocionante tema. Qué lastima que los lectores colombianos hayan perdido la oportunidad de conocer la historia de audacia, ingenio, inteligencia, organización, visión, y espíritu emprendedor que hay detrás del milagro Google. No. A Google había que verle algo malo.

* GOOGLE…¿UN IMPERIO? II: pero similares cosas se han dicho, y se vienen diciendo, desde hace muchos años. Un célebre y adorable personaje de caricaturas decía que “no se puede amasar fortuna sin hacer harina a otros”. Esta frase, que ignora la forma en que se genera valor en una economía, es asumida por muchos como un dogma. Se dice también, por ejemplo, que el mundo “está dominado” por unas cuantas multinacionales. Es cierto, hay varias multinacionales, no pocas, que extienden sus actividades por el mundo entero. Pero de allí a decir que ejercen poder sobre el mundo, hay mucho trecho. Algunos basan esa afirmación en la comparación de las ventas de esas empresas con el PIB de unos cuantos países. Lo cual es comparar peras con manzanas, pues el PIB no es una medida de ventas, sino de valor agregado. Además, como bien señalan Micklethwait y Wooldridge en su magnífico libro sobre la historia de la empresa privada (The Company), ninguna empresa, ni la más poderosa, posee el “poder” que tiene el más pequeño y débil de los estados. Ninguna empresa puede decretar órdenes de captura, ni penas de prisión. Ninguna empresa puede imponer tributos ni cobrarlos de manera coercitiva. Ninguna multinacional tiene fuerzas militares, ni tribunales de justicia, ni poder de regulación. En resumen, el poder de coerción sigue siendo propio de los estados.

* PARADOJA:
Veneconomía, la conocida firma de estudios macroeconómicos de Venezuela, publicó un interesante análisis sobre el proyecto del Gasoducto del Sur, impulsado de manera entusiasta por el presidente Chávez. Esta frase, contenida en dicho análisis, es suficientemente contundente: “Mientras la infraestructura del país se cae en pedazos, la desnutrición mina al 17% de la población, y sube el desempleo, el presidente se empecina en acometer un proyecto bizarro que ni es viable ni justificable”.

Andres Mejia-Vergnaud
Director Ejecutivo
ILP - INSTITUTO LIBERTAD Y PROGRESO
andresmejiav@cable.net.co


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