13.2.06

 

COSTOS DE LA GUERRA

LOS COSTOS DE LA GUERRA EN COLOMBIA
Por Ramiro Gutiérrez Z.*

RESUMEN
El número de hombres en armas asciende a 145.000 en los diversos ejércitos enfrentados hoy en Colombia. El sostenimiento de esta fuerza armada y lo que ella gasta en implementos de guerra llega ya a 25 billones de pesos anuales.
Cada día el país dilapida 53 mil millones de pesos en la confrontación fratricida. Al paso que va el escalamiento del conflicto, en cuatro años el país habrá gastado en la guerra el 100 por 100 de lo que hoy es el presupuesto de la nación y el desempleo se habrá disparado al doble de lo que es hoy: 40% según los analistas.
Es falsa la idea de que el dinero para la guerra vendrá del exterior, de los Estados Unidos u otros países. USA induce el escalamiento con “ayuda” e intervención política y militar que es cada vez menos indirecta, pero somos los propios colombianos los que vamos a sostener el peso de una guerra inútil, que además de costos económicos los tiene también humanitarios, políticos, materiales, ecológicos y ambientales, sociales y culturales, sicológicos y espirituales.

Costos Ecológicos y Ambientales
: La siembra de minas antipersonales por los actores armados. La fumigación aérea, como parte de la lucha antinarcóticos (Plan Colombia), en regiones como el Putumayo, Guaviare, Caquetá, Nariño, Macizo Colombiano, Tolima, Sur de Bolívar, Norte de Santander, Boyacá y Antioquia, configuran un verdadero ecocidio, crimen que debería ser juzgado por un Tribunal Internacional, porque en regiones como el Sur de Colombia se está atentando contra el primer pulmón del planeta: La Amazonía. El 3 de marzo del 2002 comenzó la “Operación Dignidad” de la Policía Antinarcóticos dirigida a fumigar, según dicen, 19.500 hectáreas de cultivos ilícitos (coca y amapola) en la antigua zona de despeje, lo cual pone en peligro el edén ecológico de La Macarena. Esta Operación tiene un costo de $20.631 millones de pesos. Además, todas las fumigaciones aéreas manejan información de radar, la cual no es totalmente confiable y por ello se fumigan cultivos lícitos, llamados de pancoger, atentando de esta manera contra la seguridad alimentaria de los campesinos y de los centros urbanos.

Costos Sociales: El patrimonio cultural y el tejido social del campesinado, comunidades negras e indígenas está siendo destruido, en detrimento de la nacionalidad. Las organizaciones de la sociedad civil rural se han debilitado o han sido destruídas en gran parte del territorio nacional. Los huérfanos de la guerra aumentan. El número de mujeres cabeza de familia, producto de la guerra, crece; las víctimas de las violaciones a todo tipo de derechos, dignidad y bienes se extenderán por todo el territorio.
Costos culturales: Estos costos están representados en la destrucción de culturas de las comunidades rurales, en la pérdida de identidad de los desplazados y refugiados, quienes deben construir una nueva para el nuevo entorno; es el sufrimiento y la carga moral y ética negativa de una población desprotegida e inerme. Sustitución de la cultura de convivencia, paz y trabajo, por una cultura de guerra, cinismo e insolidaridad.
Destrucción Ética y Moral de la Sociedad: Se refleja en el crecimiento de la corrupción en la vida pública y privada, cuyo costo ascendió en los últimos tres años, a 400 mil millones de pesos
Costos Psicológicos: Las guerras producen incalculables sufrimientos psíquicos, que pueden generar nuevos tipos de violencia, reabrir viejas heridas, producir enfermedades psíquicas (síndromes postraumáticos y catástrofes personales y/o familiares). El reclutamiento forzoso de jóvenes por parte de la guerrilla y los grupos paramilitares afecta a sus familias y a los reclutados.
Costos Espirituales: Cambio de valores, pérdida del sentido de la vida, sentimientos de inanidad, desconfianza de todos y en todas partes, desesperación por una guerra que no les permite vivir; sentimientos de venganza, odio contra la sociedad, luto en el alma por los seres queridos perdidos. Peso emocional y espiritual por una catástrofe para la cual no se hubiera querido venir al mundo.
Hay costos cuantificables, hay otros costos que no son fácilmente medibles en los actuales momentos, pero las futuras generaciones y otras naciones recordarán, con justificado reproche en el futuro, lo que pagamos los colombianos por no haber sido capaces de construir una sociedad más justa, tolerante y creativa. Si la guerra sigue, será un nuevo y gigantesco error nacional. Ninguna compensación puede aceptarse como válida frente a los destrozos de todo orden producidos por la guerra . A través de los datos incluidos en estas páginas, aún incompletos, pueden servir de pista para reafirmar lo señalado al comienzo en relación con el proceso que hoy se cumple en Colombia.

Tomado de Cronicon Observatorio Latinoamericano
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